viernes, marzo 30, 2018

¿Por qué parece que nuestras oraciones no son respondidas? - “El Efecto Isaias”


El descubrimiento del Gran Código Isaias en las cuevas del Mar Muerto en 1946 ha revelado claves sobre nuestro papel en la creación. Entre estas claves se encuentran las instrucciones de un modelo “perdido” de orar que la ciencia cuántica moderna sugiere que tiene el poder de sanar nuestros cuerpos, traer paz duradera a nuestro mundo y, quizá, prevenir las grandes tragedias que podría enfrentar la humanidad. Cada vez que empleamos esta tecnología interna para orar, experimentamos “El Efecto Isaias”. 

¿Crear o Acceder?


En las palabras de su tiempo, los Esenios nos recuerdan que cada oración ya ha sido contestada. Cualquier resultado que podamos imaginar y cada posibilidad que seamos capaces de concebir, es un aspecto de la creación que ya ha sido creado y existe en el presente como un estado “dormido” de posibilidad . Desde esta perspectiva, nuestro uso y aplicación de la oración basada en los sentimientos deja de ser menos acerca de “crear” este o el otro resultado y se convierte más en “acceder” al resultado deseado que ya está creado.


Desde esta perspectiva, nuestro uso y aplicación de la oración basada en los sentimientos deja de ser menos acerca de “crear” este o el otro resultado y se convierte más en “acceder” al resultado deseado que ya está creado. Por sus escritos sabemos que los antiguos esenios creían que nos comunicábamos con nuestro mundo a través de nuestras percepciones y sentidos. Cada pensamiento, sentimiento, emoción, respiración, nutriente, movimiento o la combinación de cualquiera de ellos, era considerado como una expresión de la oración.  Según la visión de los esenios, según como sentimos, percibimos y nos expresamos durante el día, estamos orando constantemente. 


Mientras las antiguas y las modernas tradiciones parecen estar de acuerdo en la existencia de muchas posibilidades, los cuestionamientos han sido siempre sobre ¿cómo despertamos un resultado específico y lo hacemos real en nuestras vidas actuales? ¿Cómo podemos llamar a la posibilidad de paz en nuestro mundo, por ejemplo, o salud en nuestros cuerpos, posibilidades que ya existen, cuando los eventos de nuestro mundo parecen mostrarnos condiciones de violencia y desastre? La respuesta a esta pregunta, y la clave del Efecto Isaiah, está fundada en develar el misterio de la oración basada en el sentimiento.


Los antiguos Escenios nos recuerdan que hay una poderosa relación entre lo que pasa en nuestro mundo interior de sentimientos y las condiciones del mundo que nos rodea. Quizá increíblemente sencilla, esta relación establece que la condición de nuestra salud, nuestras sociedades, e incluso los patrones del clima, son espejos de la manera en que lidiamos con la vida interiormente. Experimentos recientes en la ciencia de las energías sutiles y la física cuántica ahora arrojan credibilidad precisamente a esas tradiciones.

A través de un lenguaje que apenas estamos comenzando a entender, Isaiah nos muestra cómo acceder a las posibilidades ya creadas de salud, paz y cooperación y traerlas a la realidad de nuestras vidas. Ya que nuestro mundo exterior de acción refleja nuestro mundo interior de sentimientos, sugiere Isaiah, lo hacemos sintiendo como si nuestras plegarias ya hubiesen sido respondidas. Es precisamente el poder de este sentimiento el que trae a la vida a nuestras oraciones. 


Nuevas investigaciones sugieren que cuando sentimos gratitud respecto al cumplimiento de nuestras oraciones, nuestros sentimiento producen las mismas condiciones, los campos de efecto, que atraen nuevas posibilidades en las condiciones de nuestras vidas. Comprender que los resultados empatan con los sentimientos puede ayudarnos a entender lo que ocurre cuando parece que nuestras oraciones no son respondidas. 


Por ejemplo cuando oramos por tener buenas nuestras relaciones con seres queridos, amistades, en el trabajo etc. y al mismo tiempo estamos experimentando  enojo, celos o furia en nuestras relaciones, es una contradiccion de emociones, pensamientos y sentimientos.  ¿por qué nos sorprende ver esas mismas cualidades reflejadas como enfermedad en nuestros cuerpos, nuestras familias, escuelas, lugares de trabajo y en las condiciones sociales alrededor de nosotros? La ciencia ha demostrado que cada sentimiento que experimentamos, crea una química única en nuestros cuerpos. 

Las buenas noticias son que los mismos principios resultan ciertos para los sentimientos de afirmación de la vida. Conforme respondemos a los retos de la vida a través de compasión, entendimiento, amorosa tolerancia y paz, podemos esperar experimentar estas condiciones en nuestros cuerpos, y ver el efecto extendido al mundo que nos rodea. 

La clave para elegir un resultado entre los muchos posibles reside en nuestra habilidad para sentir que nuestra elección ya está sucediendo . Vista la oración de este modo, como «sentimiento», se nos invita a hallar la cualidad del pensamiento y de la emoción que produce ese sentimiento: vivir como si el fruto de nuestra plegaria ya estuviera en camino. Pensamiento, sentimiento y emoción como patrones no alineados. Al no haber unión, pueden perder su enfoque. 


Como podemos beneficiamos del efecto de nuestro pensamiento y emoción, si cada patrón se mueve en una dirección distinta? El resultado es una dispersión de la energía. El pensamiento no está alineado con el sentimiento y la emoción. Esta situación puede hacer que nuestra oración se disperse y no surta efecto. Por ejemplo, si pensamos: «Elijo a la pareja perfecta de mi vida», se libera un patrón de energía que expresa ese pensamiento. Cualquier sentimiento o emoción que no esté sincronizado con nuestro pensamiento no podrá infundir fuerza a nuestra elección de encontrar una pareja perfecta. Si nuestros patrones no están alineados debido a sentimientos de que no somos merecedores de tener una pareja así de perfecta o por emociones de miedo, estos pueden truncar que se materialice nuestra elección. 

En este estado no alineado nos encontraremos preguntándonos por qué nuestras afirmaciones y oraciones no han funcionado. «…Cualquiera que dijere a este monte: quítate de ahí y échate al mar, no vacilando en su corazón sino creyendo que cuanto dijere se ha de hacer, así se hará» (Marcos 11,23). 



La clave para que la oración sea eficaz es la unión del pensamiento, del sentimiento y de la emoción. 

Nuestras oraciones, nuestras afirmaciones, nuestra creencia, nuestro lenguaje, si salen desde el corazón, tienen un efecto inmediato sobre nuestro cuerpo y nuestro entorno. Por tanto, seamos conscientes de lo que albergamos en nuestro corazón. Debemos ser muy concretos respecto a lo que queremos. El mundo de la posibilidad cuántica solo entiende los mensajes en presente. Debemos ser muy concretos sobre la posibilidad que elegimos. 


The Isaiah Effect

Gregg Braden





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