sábado, febrero 16, 2019

El tiempo psicológico


ABANDONA EL TIEMPO PSICOLÓGICO
Aprende a usar el tiempo en los aspectos prácticos de tu vida —podemos denominarlo el «tiempo del reloj»—, pero regresa inmediatamente a la conciencia del presente cuando esos asuntos prácticos estén resueltos. Así no habrá una acumulación de «tiempo psicológico», que es la identificación con el pasado y la continua proyección compulsiva hacia el futuro.  Si te marcas un objetivo y avanzas hacia él, estás usando el tiempo del reloj. Eres consciente de adonde quieres ir, pero valoras y das la máxima atención al paso que estás dando en este momento. Si te centras excesivamente en el objetivo, quizá porque estás buscando la felicidad, la realización, o completar tu sentido de identidad, dejas de honrar el ahora. Entonces se queda reducido a un simple paso intermedio sin valor intrínseco que te permite acceder al futuro. 

El tiempo del reloj se convierte en tiempo psicológico. Tu camino de vida deja de ser una aventura y se reduce a una necesidad obsesiva de llegar, de alcanzar, de «lograrlo». Dejas de mirar y de oler las flores que están a los lados del camino y dejas de interesarte por la belleza y el milagro de la vida que se desarrolla a tu alrededor cuando estás presente en el ahora.

¿Estás siempre tratando de llegar a otro lugar distinto de donde estás? ¿Son la mayoría de tus acciones sólo un medio para conseguir un fin? ¿Pospones siempre la satisfacción o la reduces a breves placeres como el sexo, la comida, la bebida, las drogas o las emociones intensas y la excitación? ¿Estás siempre centrado en conseguir, alcanzar y llegar a ser, o, alternativamente, estás siempre buscando una nueva emoción o placer? ¿Crees que si adquieres más cosas te sentirás más realizado, serás lo suficientemente bueno o estarás psicológicamente completo? ¿Esperas que un hombre o una mujer dé sentido a tu vida?

En el estado de conciencia normal, es decir, no iluminado, el poder y el infinito potencial creativo que residen en el ahora quedan totalmente oscurecidos por el tiempo psicológico. Tu vida pierde la cualidad vibrante, la frescura, la maravilla. Las viejas pautas de pensamiento, emoción, conducta, reacción y deseo se expresan en acciones absolutamente repetitivas; son un guión mental que te da una especie de identidad, pero distorsiona o encubre la realidad del ahora. A continuación la mente crea una obsesión en la que el futuro sirve para escapar de un presente insatisfactorio.

Lo que percibes como futuro es parte intrínseca de tu estado de conciencia ahora. Si tu mente lleva una pesada carga del pasado, experimentarás más de lo mismo. El pasado se perpetúa a sí mismo por la falta de presencia. La calidad de tu conciencia en este momento es lo que conforma el futuro, que, por supuesto, sólo puede ser experimentado como el ahora.  Y si la calidad de tu conciencia en este momento es lo que determina el futuro, ¿qué determina la calidad de tu conciencia? El grado de presencia que tengas. Por tanto, el único lugar donde puede ocurrir el verdadero cambio y donde puede disolverse el pasado es el ahora.

Quizá te cueste reconocer que el tiempo es la causa de tus sufrimientos y de tus problemas. Crees que están causados por situaciones específicas de tu vida, y desde el punto de vista convencional eso es verdad. Pero hasta que no enfrentas la disfunción fundamental de la mente —su apego al pasado y al futuro y su negación del ahora—, en realidad los problemas son intercambiables.

Si hoy desaparecieran milagrosamente de tu vida todas las causas de sufrimiento o infelicidad, pero no estuvieras más presente, más consciente, pronto te encontrarías con una serie de problemas similares, como una sombra que sigue tus pasos. En último término sólo hay un problema: la mente ligada al tiempo. En el tiempo no hay salvación. No puedes ser libre en el futuro.

En lugar de hablar de tu «vida» deberías ser más preciso y hablar de tu «situación de vida», que está hecha de tiempo psicológico: pasado y futuro. Ciertas cosas del pasado no fueron como deseabas y aún las sigues viviendo una y otra vez, piensas si hubiera dicho o hecho algo diferente o añorando lo que se perdió o no fue, tienes que comprener que lo que paso ya no se puede cambiar ni se puede volver atrás Aún sigues resintiéndote a lo ocurrido en el pasado, y ahora te estás resistiendo a lo que es. Lo que te hace seguir adelante es la esperanza, pero la esperanza hace que estés enfocado en el futuro, y ese enfoque permanente perpetúa tu negación del ahora y, por tanto, tu infelicidad.

Tu situación de vida existe en el tiempo. Tu vida es ahora.
Tu situación de vida es un asunto mental. Tu vida es real.

Encuentra la «puerta estrecha que conduce a la vida». Se llama el ahora. Reduce el ámbito de tu vida a este momento. Tu situación de vida puede estar llena de problemas —como lo están la mayoría de ellas—, pero averigua si tienes algún problema en este momento. No mañana, ni dentro de diez minutos, sino ahora. ¿Tienes un problema ahora?  Cuando estás lleno de problemas no hay espacio para que pueda entrar nada nuevo, no hay lugar para una solución. Por eso, cuando puedas, date espacio, crea el espacio que te permita encontrar la corriente de vida que subyace a tu situación de vida.

Emplea tus sentidos plenamente. Trata de estar donde estás. Mira a tu alrededor. Simplemente mira, sin interpretar. Observa la luz, las formas,  los colores, las texturas. Sé consciente de la presencia silenciosa de cada cosa. Sé consciente del espacio que permite que cada cosa sea.  Estás dejando atrás el mundo mortecino de la abstracción mental, del tiempo. Estás saliendo de la mente alocada que agota tu energía de vida, del mismo modo que está envenenando y destruyendo la Tierra. Estás despertando del sueño del tiempo al presente.

Todos los problemas son ilusions mentales.  Es imposible tener un problema cuando tu atención está plenamente en el ahora. Hay una situación que tiene que ser afrontada o aceptada, eso sí. Pero ¿por qué convertirla en un problema?  Inconscientemente, a la mente le encantan los problemas porque te dan cierta identidad. Es algo normal; y es una locura. «Tener un problema» significa dar vueltas mentalmente a una situación sin tener verdadera intención o posibilidad de hacer algo respecto ahora. Inconscientemente estás haciendo del problema parte de tu identidad. Acabas sintiéndote tan agobiado por tu situación de vida que pierdes la sensación de la vida, del Ser. O llevas en tu mente la pesada carga de un centenar de cosas que tendrás que hacer en el futuro, en lugar de centrar tu atención en lo único que puedes hacer ahora.

Cuando ceas un problema, creas dolor. Basta  con hacer una simple elección, con tomar una simple decisión: pase lo que pase, no generaré más dolor para mí mismo. No me crearé más problemas.
Aunque es una elección simple, también es muy radical. No podrás tomar esa decisión a menos que estés realmente muy harto de sufrir y consideres que ya has tenido suficiente. Pero tampoco podrás mantenerla a menos que hayas accedido al. poder del ahora. Si no generas más dolor para ti mismo, tampoco lo generarás para los demás. Y tampoco contaminarás la hermosa Tierra, tu espacio interno, ni el psiquismo colectivo con la negatividad de los problemas.
Si surge una situación que tienes que afrontar ahora, la acción surgida de tu conciencia del momento presente será clara e incisiva. También es más probable que sea efectiva. No será una reacción surgida de tu condicionamiento mental previo, sino una respuesta intuitiva a la situación. En ciertos casos en los que la mente ligada al tiempo reaccionaría, te parecerá más eficaz no hacer nada y simplemente permanecerás centrado en el ahora.

Eckhart Tolle
El poder del ahora

 

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