domingo, agosto 19, 2018

Estrategias que desactivan los pensamientos negativos


Es fácil caer presa de una dinámica de pensamientos negativos, especialmente cuando hemos acumulado varios y hemos generado una inercia que afecta sobre todo a los filtros que utilizamos para procesar la información. Los pensamientos de los que hablamos pueden encadenarse de la misma forma que crece una pequeña bola de nieve que dejamos rodar pendiente abajo. Así, un pequeño e inocente pensamiento, liberado sin consciencia ni intención, puede terminar convirtiéndose en un gran coloso que contamine todas nuestras emociones, conductas y al resto de pensamientos.

Como la fuerza de la bola que cae sin control, cada vez más grande, cada vez más rápida, los pensamientos negativos nos drenan de energía y nos arrebatan la fuerza. Y cuanto más te entregas a esos pensamientos negativos, más fuertes se vuelven. Es más, de la misma manera que es más difícil de detener esa pequeña bola de nieve cuando ya ha rodado varios metros sobre el valle y ha ganado en tamaño, también lo es detener una bola de pensamientos negativos que ya ha comenzado a rodar. 

¿Qué hacer con los pensamientos negativos? La vida nos presenta desafíos, muchas veces sin darnos una tregua y sin tener en cuenta los recursos con los que contamos. Tener pensamientos negativos o derrotistas ante este panorama es normal. Sin embargo, alimentarlos, retenerlos o incluso perseguirlos disminuye la calidad de vida y envenena la imagen que tenemos de nosotros mismos. ¿Qué necesidad tenemos de atacar de esa manera nuestra autoestima?

El pensamiento negativo en ocasiones duele y en muchas otras condiciona nuestras conductas. Puede hacernos actuar de manera desesperada cuando no hay necesidad o incluso incentivar la posibilidad de tirar la toalla cuando por recursos y habilidades todavía tendríamos mucho que decir. En definitiva, los pensamientos negativos suelen condicionar nuestras decisiones y no precisamente para bien. 

Entonces, ¿por qué alimentamos el pensamiento negativo cuando sabemos que nos hace daño? El problema empieza cuando nos saltan los primeros pensamientos negativos y no los tratamos bien. En definitiva, cuando la bola es pequeña y no ha contaminado a todo lo que toca. Por ejemplo, hay personas que tratan a los pensamientos negativos, o mejor dicho, a la ansiedad que producen “atracando” la nevera. Una estrategia que suele generar todavía más pensamientos negativos, en este caso respecto a nuestra capacidad de auto-control y a nuestro cuerpo. 

 Con este tipo de pensamientos se da otro fenómeno curioso: incluso aunque seas consciente de que tienes que olvidar ese pensamiento, es muy difícil desactivarlo. Cuanto más piensas en olvidarlo más presente lo tienes. Y ahí te quedas, rumiando una idea que no solo te hace pasar un mal rato, sino que puede llevarte a comprometer gravemente tu salud mental. 

Cómo desactivar el pensamiento negativo 

Entonces, ¿cómo eliminamos este pensamiento negativo? En realidad, no se puede evitar el pensamiento negativo por completo. A veces los pensamientos negativos solo son una chispa en nuestra mente. Cuando esto sucede, debemos ser conscientes, para que inmediatamente podamos reconocerlos y de ese modo saber cuándo estamos pensando negativamente. 

Las siguientes estrategias te permitirán desactivar el pensamiento negativo y te facilitarán la tarea de pensar en positivo. 

 1.- Empieza observando ese pensamiento: los pensamientos negativos son generalmente producto de distorsiones cognitivas, o patrones de pensamiento irracional. Obsérvalos como si fueras un espectador.  ¿Que ves? ¿Que te hace sentir? una vez identificado, quitale fuerza, cambia de pensamiento. Si no dejas que se apoderen de tu mente simplemente se disiparán. Visualízalos como si fueran troncos que viajan río abajo. Tarde o temprano los perderás de vista. Acepta tus pensamientos negativos y déjalos marchar.

2.- Replantea cualquier cuestión que estés rumiando: las rumiaciones son patrones de pensamiento excesivo. Cuando rumiamos una idea lo hacemos convencidos de que podremos solucionar algo solo por pensar más en ello. Algo que, por lo general, es inútil. Debes despejar lo que hay de verdad en tus pensamientos y desechar lo que has creado tú en tu mente antes de empezar buscar una solución. porque es eso una creacion fantasiosa. para un futuro invierto. No te extrañes si después de eliminar la fantasía te encuentras que no hay ningún problema, más allá del que has creado tú mismo. 

3.- Muévete y actúa físicamente sobre tu pensamiento: cuando te encuentres atrapado en un pensamiento negativo ponte en movimiento. Cambiar el chip para despertar pensamientos positivos no es tan fácil cuando tu mente está ocupada buscando la manera de sufrir. Es un gran momento para salir a dar un paseo, salir a correr, bailar, ocuparse en algo en casa o en el trabajo, la idea es cambiar el momento. No te pares a pensar -tienes la mente muy ocupada-, simplemente dejar que tu cuerpo tome las riendas, literalmente  muevete y lleve a tu mente a otra parte. 

4.- Evita los disparadores de pensamientos negativos: una canción, una imagen, una lectura, lo que ves en la televisión, la compañía de ciertas personas… En cuando descubras qué estímulos desencadenas tus pensamientos negativos, evítalos. Y, en la medida que puedas, sustitúyelos por otros que despierten en ti sensaciones agradables. No te martirices ni te lo pongas más difícil. 

5.- Rodéate de gente positiva y experiencias agradables: si lo que ves, lo que escuchas y lo que lees es positivo, si la gente que te rodea es positiva, será más fácil mantener el pensamiento negativo lejos. Cualquier disparador de pensamiento negativo será más fácil de desactivar si el optimismo te rodea. 

6.- Recuerda que nadie es perfecto y sigue adelante: es fácil detenerte en sus errores. Pero lo único que puedes hacer es aprender de ellos y seguir adelante. Nada va a cambiar por mucho que rumies. Y si lo que despierta tus pensamientos negativos es una debilidad o una limitación, céntrate en tus fortalezas y en tus virtudes. Si no puedes cambiar lo que hay, sácale el máximo partido a lo que tienes. 

Los pensamientos no durarán para siempre 

Los pensamientos negativos son fugaces y temporales, salvo que nosotros hagamos por lo contrario. No tienen poder real propio, pero pueden hacer mucho daño si les damos la oportunidad para crecer. Un pensamiento no tiene otro poder que el que tú le das. Los pensamientos negativos ganan impulso cuando se activan. Desactivarlos después es una tarea difícil: ya no es un pensamiento, hablamos de una dinámica. 

Cada uno es responsable de la manera que tiene de gestionar sus propios pensamientos. Da igual por qué ese pensamiento surgió: lo importante es que puedes apagarlo y que puedes generar un entorno adecuado para que ese tiempo de pensamientos se reduzcan. La clave pasa por detectar esos pensamientos negativos antes de que tengan tiempo de atrincherarse en tu cabeza y conquistar aliados. 

 Eva Maria Rodríguez
 Profesora y Escritora


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