domingo, octubre 02, 2022

No te sientas ofendido

 

La conducta de los demás no es razón para quedarte inmovilizado. Lo que te ofende sólo contribuye a debilitarte. Si buscas ocasiones para sentirte ofendido, las encontrarás cada dos por tres. Nadie puede vivir sanamente y sentirse ofendido por todo a cada instante. Sentirse ofendido crea energía destructiva y que lleva al ataque, al contraataque y a al olvido de si mismo.

Sentirse ofendido por todo puede obedecer a diversas causas. Estas son algunas de ellas:

Sentimiento de inferioridad. Muchos de nosotros hemos aprendido a invalidarnos y a adaptarnos a los demás, y hemos desarrollado una sensibilidad grande a que nos critiquen o nos malentiendan. Cuando la autoestima no es sólida y no hay un identidad definida, es posible que alguien llegue a sentirse ofendido por casi todo. Le parece como si los demás quisieran recordarle constantemente que es inferior. Sin embargo, es su complejo el que lo lleva a sentirse así.

Pensamiento rígido. Corresponde a quienes piensan que las cosas se deben decir o hacer de una sola manera. Cuando algo no cumple con esos parámetros, sienten que el orden ha sido quebrantado y se ofenden. Además, suelen ser muy susceptibles a los ataques en contra de sus creencias personales por considerar que su verdad de como deben ser las cosas es la única correcta.

La alta sensibilidad, por otra parte, también nos da una especie de falta de flexibilidad psicológica que, si no se entiende y se trabaja, se traduce en no tolerar que otros no sean como tú, que no compartan tus valores, y tu forma de vivir y también en interpretar su diferencia y su manera de ser y estar en el mundo como una ofensa hacia ti.

Permítele a la gente que sea como es. Nadie tiene derecho a querer moldear la conducta de otra persona. Debemos aceptar a los demás como son, así como requerir que nos acepten como somos. La gente puede opinar bien o mal de ti. Pero ni lo uno ni lo otro va a cambiar realmente tu vida. Lo que importa es cómo te ves a ti mismo y cómo te sientes contigo mismo.

No te tomes tan en serio. Lo único que consigues con eso es volverte extremadamente susceptible a cualquier cosa que afecte tu arrogancia o soberbia. Actuar así solo te daña a ti mismo y aleja a los demás.  Es conveniente en la vida en general, tomarse ciertas cosas con más filosofía de vida y con un poquito de humor y aprender a reírte de ti mismo y de tus rarezas.

Es importante que aprendamos a volvernos un poco impermeables frente a los comentarios o actitudes de los otros. Sentirse ofendido por todo solo nos conduce a estar en permanente conflicto con los demás, la mayoría de las veces por asuntos que no tienen importancia. 

Como dijo Víctor Frankl, superviviente del campo de concentración de Auschwitz: "La última de las libertades humanas... es elegir nuestra actitud en cualquier conjunto de circunstancias, elegir nuestra forma de sentir".





No hay comentarios: