sábado, octubre 24, 2009

Reflexiones del Dhammapada


El libro sagrado budista “El Dhammapada” insiste a lo largo se su portentosa enseñanza en que la base para cualquier posible desarrollo espiritual está en la comprensión y eliminacion de los distintos elementos psicológicos indeseables que en nuestro interior cargamos, conocido en el gnosticismo universal como uno de los tres factores de la revolución de la conciencia: “El Morir”.

7. Al que vive apegado al placer, con los sentidos irrefrenados, sin moderación en la comida, indolente, inactivo, a ese Mara lo derriba, como el viento derriba a un árbol débil.

8. Al que vive consciente de las impurezas, con los sentidos refrenados, moderado en la comida, lleno de fe, lleno de sustentadora energía, a ese Mara no lo derribará, como el viento no derribará a la montaña. (Cap. I)

Mara es -entre los budistas- la representación de los defectos que tenemos, es el símbolo que representa el mal, el odio, el rencor, la ira, la pasión animal, la lujuria, etc.

221. Uno debe liberarse del odio. Uno debe abandonar el orgullo. Uno debe despojarse de todas las ataduras. El sufrimiento no toma al que controla la mente, el cuerpo y sus pasiones. (Cap. XVII)

239. Gradualmente, poco a poco, de uno a otro instante, el sabio elimina sus propias impurezas como un fundidor elimina la escoria de la plata. (Cap. XVIII)

La clave entonces es en descubrir ese enemigo secreto, y las enseñanzas de Buda nos dicen como empezar el trabajo, esto a través de la atención a sí mismos.

Auto Observación Psicológica.

Todo el capitulo II, denominado “La Atención”, es el sistema preciso que se debe practicar para lograr descubrirse a sí mismo.

26. El ignorante es indulgente con la inatención; el hombre sabio custodia la atención como el mayor tesoro. (Cap. II)

29. Atento entre los inatentos, plenamente despierto entre los dormidos, el sabio avanza como un corcel de carreras se adelanta sobre un jamelgo decrépito.

31. El monje que se deleita en la atención y observa con temor la inatención, avanza como el fuego, superando todo escollo grande o pequeño. (Cap. II)

252. Fácil es ver los fallos de los demás, pero los propios fallos son difíciles de ver. Uno avienta, como la paja, los fallos de los demás, pero esconde los propios como el cazador se esconde a sí mismo. (Cap. XVIII)

Meditación para la Muerte del Yo

282. Verdaderamente, de la meditación brota la sabiduría. Sin meditación, la sabiduría mengua. Conociendo el doble camino de la ganancia y la pérdida, debe conducirse uno mismo de manera tal que pueda aumentar la sabiduría. (Cap. XX)

23. Aquel que medita constantemente y persevera, se libera de las ataduras y obtiene el supremo Nibbana.

27. No os recreéis en la negligencia. No intiméis con los placeres sensoriales. El hombre que medita con diligencia, verdaderamente alcanza mucha felicidad. (Cap. II) 110.

El Nibbana o Nirvana son Estados de Conciencia superiores, que pueden ser alcanzados en el diario vivir, si logramos emanciparnos de las cárceles del dolor, provocadas por la ira, la lujuria, el orgullo, la pereza, etc.

110. Un solo día de la vida de una persona virtuosa y meditativa vale más que los cien años de la vida de una persona inmoral y descontrolada. (Cap. VIII)

¿Cómo podríamos eliminar lo que no conocemos?

181. Los sabios se adiestran en la meditación y se deleitan en la paz de la renuncia; tales Budas de mente perfecta incluso por los dioses son muy queridos. (Cap. XIV)

384. Mediante la meditación y la Visión Cabal, el noble alcanza la más alta Sabiduría y, liberándose de toda atadura del que sabe, se extingue. (Cap. XXVI)

El Domino de la Mente

36. La mente es muy difícil de percibir, extremadamente sutil, y vuela tras sus fantasías. El sabio la controla. Una mente controlada lleva a la felicidad.

37. Dispersa, vagando sola, incorpórea, oculta en una cueva, es la mente. Aquellos que la someten se liberan de las cadenas de Mara. (Cap. II)

47. Al que recoge tan sólo las flores y cuya mente se distrae, la muerte le arrastra como una enorme inundación arrasa a un pueblo entero mientras duerme. (Cap. IV)

Las Consecuencias de nuestros Actos

67. No está bien hecho aquel acto que causa remordimiento después de llevado a cabo, y cuyo resultado uno experimenta lamentándolo con lágrimas en la cara.

68. Bien hecho es aquel acto que no causa arrepentimiento y cuyo resultado uno experimenta con la mente llena de gran deleite y felicidad. (Cap. V. )

Continúa el libro sagrado comentando cómo las consecuencias de nuestros actos nos alcanzarán siempre.

127. Ni en los cielos ni en medio del océano, ni en una gruta en las montañas se halla un lugar donde uno pueda permanecer a salve de las consecuencias de sus males actos. (Cap. IX).

136. Cuando un necio obra mal, por sus propios hechos este estúpido hombre estará atormentando, como uno abrasado por el fuego. (Cap. X)

Estudio unido a la acción

Estas escrituras insisten en la necesidad de que solo uniendo la acción práctica de las enseñanzas cuando dice:

19. Aunque uno recite muy a menudo las escrituras, si es negligente y no actúa en consecuencia, es como el vaquero que cuenta las vacas de los otros. No obtiene los frutos de la Vida Santa.

20. Aunque uno recite poco las escrituras, si se conduce según la Enseñanza, abandonando el deseo, el odio y la ilusión, provisto con una mente bien liberada y no apegándose a nada ni aquí ni después, obtiene los frutos de la Vida Santa. (Cap. II)

51. Igual que una flor bella y de brillante color, pero sin perfume, así son de estériles las buenas palabras de quien no las pone en práctica.

52. Igual que una flor bella y de brillante color, y asimismo rebosante de perfume, son de fructíferas las buenas palabras de quien las pone en práctica. (Cap. III)

223. Conquista al hombre airado mediante el amor; conquista al hombre de mala voluntad mediante la bondad; conquista al avaro mediante la generosidad; conquista al mentiroso mediante la verdad. (Cap. XVII)

229. La sabiduría brota en aquel que se examina día a día, cuya vida es intachable, inteligente, arropado con el conocimiento y la virtud. (Cap. XVII)

Instituto Cultural Quetzalcoatl

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