martes, marzo 17, 2009

Stonehenge al descubierto


Las luces cercanas de Amesbury iluminan las nubes bajas que pasan sobre Stonehenge. Los nuevos descubrimientos arrojan luz sobre el propósito original del monumento. Las excavaciones muestran restos auténticos de la vida en la Edad de Piedra.

Las nuevas fechas obtenidas mediante la datación por radiocarbono de las tumbas halladas en Stonehenge, Inglaterra, indican que el monumento se usaba como cementerio desde un principio, en los albores del año 3000 a. C. hasta mucho tiempo después de que se erigieron los megalitos, alrededor del año 2500 a. C.

Anteriormente, diversos arqueólogos opinaban que los entierros de personas en Stonehenge se habían efectuado tan sólo entre los años 2700 y 2600 a. C., antes de que los megalitos, conocidos como sarsens (piedras areniscas o de gres silicio), fueran colocados en su sitio. Las nuevas fechas proporcionan indicios convincentes sobre el propósito original del monumento y demuestran que su uso como necrópolis se extendió por más de 500 años.

“Ahora es evidente que los entierros fueron un componente importante en Stonehenge durante todas las etapas principales –afirmó Mike Parker Pearson, profesor y arqueólogo de la Universidad de Sheffield, en el Reino Unido, quien dirige el Proyecto Stonehenge Riverside (Stonehenge Riverside Project), con el apoyo de National Geographic–. Stonehenge fue una necrópolis desde el inicio hasta su cenit, a mediados del tercer milenio a. C.

La sepultura con restos incinerados que data de la fase de las piedras areniscas en Stonehenge quizá sea una de tantas que se efectuaron en este monumento hacia el período tardío y comprueba que aún era un gran ‘dominio de los muertos’”.

Las nuevas investigaciones sobre las tumbas con restos cremados, apoyadas por National Geographic, demuestran que Stonehenge, cerca de Salisbury, Inglaterra, se usó por más de 500 años como cementerio. Las sepulturas fueron descubiertas inicialmente en una zanja que rodea el monumento.

La sepultura más antigua con restos incinerados datada –un pequeño cúmulo de huesos y dientes quemados– proviene de una de las fosas que se encuentran alrededor del borde de Stonehenge, conocidas como los hoyos o fosas de Aubrey, y está fechada entre el año 3030 y el 2880 a. C., aproximadamente la época en la que fueron trazados la zanja y el borde del monumento en la Llanura de Salisbury. La segunda sepultura, hallada en la acequia que rodea Stonehenge, pertenece a un adulto y está fechada entre 2930 y 2870 a. C. La tumba con restos incinerados más reciente, dijo Parker Pearson, procede del lado norte de la zanja y eran de una mujer de 25 años de edad; data entre 2570 y 2340 a. C., aproximadamente la época en la que las primeras instalaciones de las piedras areniscas se manifestaron en Stonehenge.

Es la primera vez que se datan las tumbas de Stonehenge mediante radiocarbono. Los restos fechados por el equipo de Parker Pearson fueron desenterrados en los años cincuenta y han sido conservados en el cercano Museo de Salisbury.

Los restos de cremaciones de otras 49 sepulturas fueron extraídos en Stonehenge durante los años veinte del siglo pasado, sin embargo, los regresaron a su sitio, puesto que se pensaba que no tenían un valor científico. Los arqueólogos calculan que unas 240 personas fueron enterradas en Stonehenge, todas en depósitos de cremación.


Todo lo que queda de una de las tumba con restos cremados en Stonehenge son huesos carbonizados. El nuevo análisis de los huesos –provenientes de las fosas y la acequia que rodea el monumento– mediante radiocarbono datan entre 3030 a 2880 a. C., aproximadamente la época en la que las obras en el terraplén para la construcción de Stonehenge se iniciaron. Los arqueólogos afirman que estas fechas indican que Stonehenge fue usado como cementero por más de 500 años.

Andrew Chamberlain, colega de Parker Pearson y especialista en demografía de la antigüedad, teoriza que los entierros de restos incinerados corresponden a las muertes naturales de una sola familia de elite y sus descendientes, quizá una dinastía imperante. Un indicio de esto es el número reducido de entierros en la etapa temprana de Stonehenge, un número que aumenta en los siglos subsecuentes, de la forma en que los descendientes se habrían multiplicado, opina el profesor Chamberlain.

Otra evidencia es la colocación de las tumbas en un sitio monumental tan impresionante. “No creo que enterraran a la gente común en Stonehenge, era claramente un lugar especial en esa época –dijo Parker Pearson–. Se debe deducir que cualquiera que haya sido sepultado allí gozaba de una buena posición”.

“Las personas enterradas aquí deben haber sido elegidas de una población pequeña y selecta –agregó–. Los arqueólogos han especulado durante mucho tiempo si Stonehenge fue erigido por jefes prehistóricos –quizá incluso nobles antiguos– y los nuevos resultados sugieren que no sólo es probable que este haya sido el caso sino que además fue la última morada de sus restos mortales”.

Además de efectuar la datación por radiocarbono, durante esta temporada los arqueólogos también excavaron en las casas cercanas a Durrington Walls, fecharon con precisión el cursus de Stonehenge –la calzada acanalada que ha intrigado a los arqueólogos– y realizaron nuevos descubrimientos sobre la “Piedra Cuckoo” y los monumentos de madera al sur de Woodhenge.

Gran parte de la atención para el quinto año del Proyecto Stonehenge Riverside, de ocho años, se concentró en Durrington Walls, el hermano de Stonehenge, otro bancal circular o henge a 3.22 kilómetros. Parker Pearson opina que Durrington fue construido para albergar a los vivos, lo que contrasta con la finalidad más sombría de Stonehenge, un monumento para los muertos.
El año pasado, los arqueólogos del proyecto anunciaron el descubrimiento realizado en 2006 de un poblado estacional, donde se cree que los constructores de Stonehenge vivieron hace unos cuatro mil seiscientos años, agrupados alrededor de la versión de Stonehenge en madera. En esta temporada (2007), el equipo desenterró cuatro de las casas que alguna vez descansaron sobre una ladera; una de ellas estaba particularmente bien preservada. La excavación reveló una pared elaborada con una mezcla de arcilla molida y argamasa (cobb), la más antigua en su género encontrada en Bretaña. Se descubrió que la mayoría de las otras casas había sido construida con juncos revestidos de argamasa.


Foto cortesía de Stonehenge Riverside Archaeological Project©2008 National Geographic


El arqueólogo Mike Parker Pearson, de la Universidad de Sheffield, en el Reino Unido, levanta una porción de argamasa de una casas bien conservada perteneciente a los constructores de Stonehenge. El muro fue elaborado con una mezcla de arcilla molida y argamasa (cobb), y es la más antigua en su tipo en Gran Bretaña. La investigación de Parker Pearson es apoyada por National Geographic Society.

En la casa bien conservada, que medía 4.8 por 5.2 metros, los investigadores desenterraron objetos de la vida en la Edad de Piedra: herramientas de pedernal, la punta del broche de un vestido y dos nichos del tamaño de una cucharita de té en las esquinas de la casa que contenían lascas pequeñas y afiladas, al parecer, barridas por los ocupantes. También eran visibles las huellas de camas y de un tipo de cómoda en el contorno del piso. Al centro de la casa, cerca de los restos de un fogón oval, se observan dos acanaladuras en el piso, “justo en esa parte del hogar donde el piso está manchado de ceniza –cuenta Parker Pearson–. Quienquiera que estuviese a cargo del trabajo doméstico y de la cocina se arrodillaba allí”.

El equipo de investigación también descubrió varias casas a lo largo de la amplia avenida que une Durrington Walls con el cercano Río Avon. Se trata de tres estructuras de tres lados con chimeneas, dijo Parker Pearson, quizá empleadas por los espectadores de las procesiones que alguna vez iban hacia el río y regresaban de él.

El trabajo efectuado durante esta temporada hace suponer a Parker Pearson que Durrington Walls estaba conformada por una aldea extensa y circular con más de 300 casas, lo que implicaría que era una de las más grandes en esa época en Europa del noroeste. “Creemos que tanto hombres y mujeres, y quizá niños, vivían allí; al parecer, todos participaban en la construcción de Stonehenge”, dijo Parker Pearson.


Foto cortesía de Stonehenge Riverside Archaeological Project©2008 National Geographic


Los arqueólogos desentierran una casa bien preservada de unos 4600 años de antigüedad, quizá edificada por los constructores de Stonehenge. Las excavaciones efectuadas en la temporada más recienete revelaron huellas del mobiliario de los residentes de esta casa y evidencias de su presencia. Esta investigación está auspiciada parcialmente por National Geographic Society.

Los resultados preliminares del análisis medioambiental sugieren que era un asentamiento estacional. La ausencia de ciertos objetos, tales como restos de cerdos recién nacidos y ganado, junto con la evidencia arqueológica de la crianza de cerdos a mediados del invierno, sugieren que la gente viajaba al sitio con alimentos preparados y con animales sólo en ciertas épocas del año, dijo Parker Pearson. Las nuevas fechas de la datación por radiocarbono de una cornamenta usada para excavar relatan una historia sobre el Cursus Mayor de Stonehenge, una calzada acanalada en forma de puro que mide alrededor de 3.2 kilómetros. La fecha nueva –3630 a 3375 a. C.– ubica al cursus 1000 años antes de la erección de las piedras areniscas en Stonehenge. El arqueólogo Julian Thomas, de la Universidad de Manchester, en Inglaterra, quien dirigió esa investigación, opina que las dos zanjas paralelas del cursus enmarcan un espacio lineal que quizá se consideraba sagrado. “Nuestra excavación demuestra que está casi limpio, no hay huesos de animales ni otros depósitos”, dijo el profesor Thomas. Se desconoce el propósito exacto del cursus.

En el mismo eje del cursus, la Piedra Cuckoo es otra fuente de revelaciones. Los arqueólogos dirigidos por Colin Richards, de la Universidad de Manchester, averiguaron que la piedra, un enorme sarsen inclinado que reposa sobre un lado, originalmente provino de ese sitio, a diferencia de muchos otros megalitos de Stonehenge. En los tiempos del Neolítico, la piedra estaba colocada verticalmente, cerca de unas fosas especiales usadas para depositar objetos, de acuerdo con Richards. “Encontramos una y otra vez que las astas de ciervo empleadas para excavar –y todavía pueden usarse– fueron enterradas deliberadamente en las fosas, como parte de un ritual”, dijo Parker Pearson.


Foto de Andrew Henderson©2008 National Geographic

El asta de un ciervo, encontrada durante las excavaciones en el cursus de Stonehenge. El análisis mediante radiocarbono del asta, subvencionado por el Consejo Británico de Artes y Humanidades y National Geographic, revela que data 1000 años antes de la erección de los megalitos de Stonehenge.

A lo largo de la cima de la colina, al sur del monumento de madera conocido como Woodhenge, los arqueólogos dirigidos por Joshua Pollard, de la Universidad de Bristol, descubrieron dos áreas ovales cercadas que rodean unas estructuras de madera imponentes y monumentales, cada una fijada por cuatro enormes postes. “Obviamente, no eran edificios domésticos –dijo Pollard–. Su finalidad es incierta, sin embargo, es posible que sirvieran de apoyo a las plataformas elevadas donde se dejaban a descomponer los cuerpos de los muertos”.

“En conjunto, encontramos en Stonehenge a una sociedad sofisticada con grandes logros –dijo Parker Pearson–. Dudo que se hayan dado cuenta de todo el misterio que crearían a su alrededor para el mundo que vendría”.

El Proyecto River Side está respaldado por National Geographic Society y el Consejo Británico para la Investigación en las Artes y las Humanidades, y es apoyado por English Heritage. Entre los directores del proyecto se encuentran Mike Parker Pearson (Sheffield), Julian Thomas (Manchester), Joshua Pollard (Bristol), Collin Richards (Manchester), Chris Tilley, de la Universidad College London, y Kate Welham, de la Universidad de Bournemouth.

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